Mi hija, Mi vida con acompañante

May 6, 2021 | Rápido Ochoa

Tenía 20 años cuando salimos por primera vez. Para ambos fue una sorpresa que a los cuatro meses nos enteramos de mi estado. Ahí comenzó mi vida con acompañante.

Apenas nos estábamos conociendo, no quería forzar nada y decidí viajar de regreso donde mis padres.

Con la bebé de un año quisimos darnos la oportunidad como pareja y juntos construir nuestra familia. Diez años nos duró. Por el bienestar de los tres, nos separamos.

No soy la primera mamá que se separa y debe cuidar sola a su hija. A veces es duro pero la vida no se termina ahí, la vida es adelante. Y siempre hay cambios. Algunos te llegan y otros los buscas. 

Cuando renuncié a la clínica odontológica, busqué un cambio. 

Me enteré que había vacante en Rápido Ochoa, apliqué y me contrataron. Mi labor aquí, también es en servicios generales, solo que para un grupo de personas mucho más grande. En la oficina principal de Bogotá somos sesenta.

En octubre de este año cumplo cuatro en la compañía. Y desde el principio me hizo mucha ilusión trabajar aquí porque es una empresa muy responsable, como yo.

Me levanto temprano y salgo a las 5:45 am. Mi jornada comienza a las 7:00 am.

Lo primero que hago es preparar el cafecito. Así todos tendrán una bebida caliente al comenzar el día. Luego organizo los baños y voy haciendo aseo a cada puesto de trabajo. Y durante el día estoy atenta para cambiarles sus vasos con agua o la taza de café. A las 5:00 pm salgo para mi casa.

Mi hija ya tiene 14 años. Puede solita preparar su desayuno. Es muy juiciosa con su estudio. Me da mucho gusto que también sea responsable.

Siempre nos hablamos en su descanso del almuerzo. Estudia en colegio distrital y ahora con la pandemia se la pasa en la casa conectada. Gracias a Dios le tengo computador y servicio de internet para que pueda estar en sus clases virtuales.   

Cuando llego a casa podemos compartir un rato. A veces me cuenta cosas nuevas que aprendió o algo por lo que la felicitó la profesora. Y yo le cuento cómo fue mi día en la oficina. 

Una navidad ¡llegué con vajilla nueva! Me la gané en la rifa de fin de año de la empresa y todos en Rápido Ochoa me felicitaron porque dicen que soy muy buena gente y merezco que me pasen cosas buenas.

Y eso es lo que trato de enseñarle a diario a mi hija con mi ejemplo. Soy yo -cada una de nosotras-, quien construye las cosas buenas. 

Ya en la noche, comemos y aprovecho para preparar el almuerzo del siguiente día para ambas. 

Mi vida es un viaje diario con acompañante… mi hija. Todo lo que hago es por ella. Y así me lo dice, que siempre se ha sentido protegida y cuidada por mí.

Me siento muy contenta aquí en Rápido Ochoa. Por la tranquilidad que me da tener un trabajo fijo, un ingreso estable para darle las cosas necesarias a mi hija. Porque si ella está bien, yo también.

Relato basado en la experiencia de Clara Inés Contreras Sierra

 

Disfruta descuento mes de las madres

Redacción: Angélica Estrada

0 Comments